La Paz que está Más Allá de Todo

Reflexiones que Transforman #15

Una de las cosas hermosas y reveladoras que puedes encontrar en alguien maduro a nivel espiritual es, una búsqueda y anhelo muy profundo por encontrarse a sí mismo con un nivel de sensibilidad muy fuerte. Esto hace que uno, por las diferentes experiencias de vida, se embarque en la búsqueda de la verdadera Paz. Por decirlo de otra manera, nada parece tener sentido en la vida, por lo que uno desea respuestas a un impulso interno, un deseo muy profundo de encontrar la razón de uno mismo para con la vida.

Este tipo de persona es rara de encontrar, dichos individuos los encuentras rara vez. Ahora más que nunca puedes ver personas que andan en la búsqueda de algo mejor, de mejorar sus circunstancias y de alguna forma sanar o transformar su realidad, pero esto no muestra lo que quiero compartir aquí.

Hoy en día muchas personas andan de un lado para el otro buscando paz y amor. Esto no tiene nada de malo, pero es muy raro encontrar, en medio de miles y hasta millones, uno que lo desee todo. Que en sea un buscador arduo e intenso en llegar a lo más profundo de sí mismo para encontrar las respuestas a las preguntas más profundas que su corazón suplica.

Para esta persona hablo, esa persona que se da cuenta que el afuera y todo lo que la vida ofrece, no le puede dar lo que su corazón desea. Esta persona, si sigue ese hilo, ese impulso interno de más, y no escucha excusas ni pretextos, manifestará las circunstancias que le puedan aclarar y resolver dicha encrucijada.

Y de esto voy a hablar hoy, no de la paz que comúnmente se persigue y se busca, sino una que, si se la desea con todo el fervor y añoranza, sacudirá la realidad para que ésta trabaje para acomodar y brindar la ayuda que dicha persona ha pedido.

Esto nos lleva a una realidad, a un camino único y contundente de llevar a la persona a descubrir una Paz que está más allá de todo, más allá del intelecto, de lo sensorial, del tiempo y de la causa y efecto. No muchos llegan porque la gente no la quiere, la gente quiere todo menos que despertar y recordar dicha perspectiva.

El Deseo de estar en Paz

Todo desean algo, seguridad, tranquilidad, no estrés, felicidad, amor, dinero, materialismo, etc., pero muy pocos quieren llegar a la raíz de su ser y descubrir de una vez por todas quienes son y qué hacen aquí. De qué se trata todo esto y para que es todo esto.

Aquí es donde se encuentra la entrada a lo desconocido, a la puerta de esa Paz de la que te hablo. La puerta es inmensamente grande y siempre abierta para el que la quiera. Pero hay que quererla más que cualquier cosa. Ahí está tu reino, tu morada y tu hogar. Es por eso que pocos se dan cuenta que nada del afuera les dará lo que quieren por lo que la búsqueda es una trampa del ego para que nos distraiga de la verdad de la vida. Que todo es Paz y es un Paz sin límites ni condiciones. Y que ésta eres tu mismo(a)

Te comparto todo esto por una simple y sencilla razón. Yo estuve ahí, yo fui de esos que buscaba por todos lados y parecía no encontrar, pero el deseo era fuerte, inmensamente intenso. Yo era de esos pocos buscadores y fui de esos pocos que resultan en “encontradores”. Que dejan la búsqueda por haber encontrado eso que tanto habían buscado. Esos que finalmente pueden decir la búsqueda cesó y lo que resultó fue encontrarme de nuevo con algo que conocía desde hace tiempo. Que siempre supe que era y existía.

Esto se me presentó por primera vez con una intensidad y contraste infinito cuando a mis 15 años me tocó presenciar el asesinato de mi padre. Fue una experiencia que obviamente no se lo deseo a nadie, pero fue una experiencia tan reveladora en muchos niveles y aspectos.

En ese instante había una Paz exagerada, abismal, enorme, gigante, sublime, infinita. Hasta ese momento había una Paz que no sabía que existía, una Paz llena de sabiduría, de amor, una Paz que trascendía la muerte y eso fue muy impactante.

Mientras sucedía el evento con mi padre esta experiencia de paz fue como decir un: “Dios mío, no sabía que existía tanta paz”; todo estaba lleno de presencia, de amor, de propósito. Y recuerdo que a partir de ahí siempre estuve en búsqueda de esa Paz y en última instancia de mi mismo.

Sin embargo, fue fascinante porque mientras iba creciendo, me di cuenta que toda la gente con la que me topaba no estaba realmente en paz. La mayoría de la gente siempre estaba estresada por algo, ya sea por estar constantemente viviendo en juicio, en la queja, con rabia y mucho más.

Y me acuerdo que en esos tiempos, la creencia más fuerte era de que la paz que yo buscaba solamente la experimentaba cuando me iba de casa, en fin de semana con mis amigos a la playa, y bueno, mis amigos y yo vivíamos estresados porque salíamos de noche a ambientes energéticamente no muy amenos, muy alegres, y entonces me di cuenta mientras iba creciendo, que cada persona que me topaba realmente no vivía la Paz que en ese momento se me dio experimentar; una paz que no tenía nada que ver con un sentimiento, no tenía nada que ver con las circunstancias, sino que estaba en el más allá y totalmente presente.

Era obvio que al experimentar dicha paz, como dije antes, tenía y deseaba que así fuera mi vida, que la pudiera vivir desde ese espacio y perspectiva.

Busqué y busqué, y busqué; hice todo lo posible, ejercicio, yoga, meditaciones de todo tipo, leí libros y muchas cosas, pero no encontraba algo que me diera la capacidad de encontrarme con esa Paz.

El infierno que vivía internamente parecía que nada lo podía apagar.

Ya no busques estar en Paz

La mayoría de las personas busca una paz que solamente se da cuando recibes el sueldo al final de mes, o cuando tienes un espacio de tranquilidad y no estas bombardeado por tantos estímulos, o por tanto estrés o por tanta presión a nivel familiar, de pareja, o de trabajo. Y una de las más especiales y difíciles de salir y trascender es la paz que se experimenta en caminos de meditación y prácticas de este estilo.

Aquí es cuando me di cuenta de que algo no embonaba. Estuve en tantos lados y algo dentro de mí me decía que algo faltaba. Mi corazón seguía esperanzado y buscando, a pesar de haber experimentado tanta paz, no era la paz que me toco presenciar cuando mi padre trascendía.

Así que me di cuenta que el mundo espiritual, de la meditación y de prácticas que prometen la meta de la Paz les faltaba algo. Y era la simplicidad de existir, de no darle tantos rodeos al hecho de que uno mismo es esa Paz más allá de todo. Esta es nuestra naturaleza, esta es la realidad. Entonces porqué trabajar en ello, porque tanto estrés en aquietar la mente y sostener algo en el intelecto por tanto tiempo, si esto mismo implica esfuerzo, tratar, pelea y control. Todo lo opuesto a lo que mi corazón quería.

Me cansé de tanto que mi mente, que llegó un momento que todo colapsó, todo desapareció y una verdad simple y sencilla lo aclaró todo. Es por eso que deseo encontrar a esos buscadores arduos y verdaderos, y compartirles algo de la luz que se me brindó, y darles a uds de regreso y para que dejen de lado todo eso que es contraproducente y que dice algo opuesto a lo que en verdad eres, y facilitarte el encuentro con tu corazón.

Quiero que dejes de lado todo eso que hemos creído y concluido que no podemos estar en paz a no ser de que ciertas cosas se den, que no merecemos estar en paz a no ser que cambiemos o seamos diferentes o decidamos algo diferente para que podamos estar en paz con uno mismo. Estas ideas que confunden a uno acerca de la paz generan mucha autoviolencia con uno mismo por las creencias y esfuerzos detrás.

La Paz que hablo no es algo a encontrar, obtener ni explorar, no es algo que practicar, descubrir o perpetuar, de hecho es la realidad de la Vida, solamente hay que trascender el velo de la ilusión y todo será claro.

Imagínate que pudieras aprender, que pudieras jugar y explorar todo lo que internamente está pasando más allá del dialogo interno, más allá de todo sentimiento, de toda creencia, de la identidad. Que pasaría si pudieras descansar en ese espacio de total apertura, de conciencia, de tranquilidad, de neutralidad, y que te dieras cuenta que existe una Paz más fácil y más simple que respirar. Que dicha Paz no está limitada, no está condicionada por nada, evento, persona, o circunstancia, tiempo o espacio.

Esta Paz que hablo eres tú, siempre la has sido tú.

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Reconecta con la grandeza de tu verdadero Ser.

Conoce el poder que siempre has tenido sobre las decisiones, acciones y resultados de tu vida.

Descúbrete a ti mismo. ¡Ya es hora!

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Saludos, te amo y te mando un fuerte abrazo.

Sarkhan

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